Cuando
lo conocí estaba abierta a que entrara a mi vida un nuevo hombre, recién había
terminado mi relación con mi ex y el estrés de trabajar juntos era demasiado.
Ya les conté que a Ale (o como lo llamé en ese momento) lo conocí en un negocio
un sábado por la tarde y luego de ofrecerme llevarme a su negocio (que estaba
cerrado) para venderme lo que necesitaba, y luego de intercambiar nuestros
números telefónicos nos reencontramos a la semana y media cuando yo estaba
vacacionando en Mar de Plata.
Luego
de ese viaje perdimos el contacto, yo llegué a Rosario, renuncié a mi trabajo y
luego me robaron el celular en la calle y se perdió la conexión, nunca supe si
él intentó comunicarse conmigo.
Después
de mas o menos tres años nos volvimos a ver cuando yo estaba en Buenos Aires
visitando a una amiga, a donde fui a pasar año nuevo con ella. Días previos a que
yo viajara a Buenos Aires nos habíamos contactado por Facebook y estuvimos
charlando un poco y le comenté que me iba para allá, me dijo que él también iba
a estar esos días por ahí, también visitando amigos.
Coordinamos
en volver juntos, pasó a buscarme por el depto. De mi amiga y nos fuimos en auto hasta
Rosario. En el camino me contó algunas novedades de su familia, principalmente
de su hermano, me contó que estuvo viviendo un año en Chile y que ahí había
conocido a una mujer con la que estuvo conviviendo y que luego decidió volver a
Argentina pero ella no quiso seguirlo.
Me
contó que después de nuestro viaje en Mar de Plata y gracias a mí comenzó a
tomar mate. Cosa rarísima en él y de toda su familia, ya que ninguno lo hace, y
cuando él se pone a tomar mates todos lo miran con cara rara.
En
Argentina el 90% de la población toma mate, menos aquellas familias muy
pitucas, que ven al mate como algo ordinario y antihigiénico.
Llegamos
a Rosario y me llevó a un taller mecánico, en donde el dueño era amigo de él.
Me di cuenta en el momento, ya que él antes no me lo había adelantado. En el viaje ya estaba invitándome a ir a su
casa de fin de semana en donde estaban sus padres, a toda costa quería
presentarme con alguien de su entorno, y como yo no accedí a conocer a sus
padres terminó llevándome de prepo a ese lugar para que este amigo me
conociera.
Cuando
este hombre preguntó de donde me había sacado, el gustosamente se dedicó a
contar todo y de nuestro viaje a Mar del Plata.
Luego
fuimos a un hotel alojamiento, ya que él estaba parando en la casa de fin de
semana y yo ahí no quería ir.
No
puedo negar que en todo momento se esforzó en complacerme, pero realmente no me
complace plenamente, es un gringo al que le falta la pasión y todo el condimento
característico de los morochos.
A pesar
de que yo siempre digo que no me interesa tener hijos, ni me imagino siendo
madre, no se porque me pasa con él en pensar los hijos hermosos que tendríamos,
porque a pesar de que no me mueve ni un pelo en la cama, que creo que es
bisexual y todo lo raro de su forma de ser, es un muy lindo rubio de ojos
celestes, es inevitable ponerme a pensar las bellas criaturas que podríamos
hacer juntos.
Luego
de ese encuentro carnal me llevó hasta lo de una amiga que me estaba esperando.
Pasaron
varios meses y nos volvimos a ver, no porque tuviera ganas de hacerlo, sino
porque estaba y estoy tan sola, y era el
único hombre que me llamaba insistentemente para verme y accedí a darle otra
oportunidad, pero tampoco resultó.
El
encuentro en esa ocasión fue en un departamento hermoso de un piso entero, que
su hermano había alquilado para su nueva futura esposa, pero ésta a último
momento desistió con irse a vivir con él, entonces su hermano volvió a la casa
de su ex mujer para volver a encaminar la relación. A todo esto su hermano no
quiso rescindir el contrato así que le pidió a su hermano que vaya a vivir a
él, sin poner ni un peso, ya que su hermano seguía pagando todo.
Lo
encontré muchísmo más delgado ya que ahora dejó la carne y se hizo vegetariano,
me convido con unas empanadas de verdura que había hecho y hablamos un poco. Su
vida seguía igual, así que para hablar de algo me contó la historia de su
hermano, sus idas y vuelta con su esposa y con la mujer que había conocido en
la separación con la que finalmente no se fue a convivir.
Luego
de estar juntos (que nuevamente pasa lo mismo, él termina siempre teniéndome de
espaldas, cosa que me molesta que sea siempre así, pero de lo que no me animo a
hablar con él) me llevó a lo de una amiga y desde ese momento no nos volvimos a
ver.
Ya pasaron
más de seis meses de todo esto, y aún sigue llamándome, su último llamado fue
hace unos muy pocos días, pero no llegué a contestar, y los llamados anteriores
directamente no tuve ganas de contestarlos, cayeron en días super complicados
para mí, ya que estaba teniendo problemas familiares relativamente graves.
Hoy en
día mi duda es saber si debo escribirle, decirle lo que me pasa con él. Voy muy
seguido a Rosario y me tomo el micro para volver a media cuadra de su trabajo,
muy posiblemente pueda encontrármelo y me gustaría que no sea un encuentro
incomodo.
Me doy
cuenta que los padres lo están presionando para que se case y forme su familia,
además él quiere hacerlo porque una vez que esto sea un hecho, los padres
además de regalarle un depto. Para que viva con su mujer le ponen un negocio
para que él mismo lo maneje. Y está claro que él quiere todo eso, pero
obviamente no se anima a proponérmelo directamente. Yo preferiría que lo
hubiese hecho, porque sería más fácil decirle todo lo que me pasa con él y del
porque de mi distancia.
Comenten
por favor, necesito de sus opiniones.
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