Continuando la historia

Y continuando con la historia que venia contando…
… recuerdo que el nuevo candidato – que vamos a llamar de ahora en adelante como “Alfred” – me llamaba diariamente como había contado en el post anterior. La idea era llegar al lugar junto a un amigo que lo dejó a último momento en banda.
Una tarde me llama para comentarme mas o menos lo que había ocurrido, adelantándome que no me preocupara porque viajaría solo y que le reservara una habitación en el hotel donde yo me hospedaba y además dada las circunstancias llegaría dos días antes de lo previsto y así fue.
Fui a buscarlo a la terminal de Mar del Plata tal como me lo había solicitado, llegó contento pero cansado, al bajar me regaló un chupetín de chocolate con forma de corazón.
Una vez en el taxi me pidió autorización para darme otro beso y llegamos enseguida al hotel, no existieron burocracias en ese momento para que él pudiera ingresar, ya que todo lo referido al pago se efectuaría después, a la llegada del dueño del lugar, así que rápidamente nos fuimos a la habitación, a la cual yo mas tarde - y no tanto - me mudaría luego.
Una vez dentro de cuatro paredes comenzamos a conocernos más en intimidad y como por supuesto siempre alguien interrumpe, llegó el chico del hotel con las toallas limpias, tampoco fue un impedimento para que siguiéramos en lo nuestro y luego salimos a tomar una cerveza a la costanera.
Y así fueron continuando los días, junto a su compañía que muy bien me hizo, ayudando esto a que me olvidara de forma casi completa de todos los problemas que venia arrastrando desde la otra ciudad.
Cuando lo conoció Luz a Alfred quedó encantada con él, y gracias a su inteligencia pudo sabotear todas las miradas que se encontraba recibiendo en ese momento, no solo por parte de Luz sino también de una pareja amiga, enseñándoles a ellos un truco de magia con las cartas que se encontraban sobre la mesa.
Las salidas con él fueron todas nocturnas, ya que a ninguno de los dos nos copaba mucho el sol, la arena y demás. Una noche fuimos a ver una obra de teatro de unos chicos transformistas amigos de él, esa noche los amigos vestidos de mujer lo subieron al escenario por unos quince minutos y montaron un show para todo el público presente y Alfred era uno de los invitados arriba del escenario. En el trascurso del squech se lo podía notar muy nervioso, acalorado por las grandes luces del escenario pero yo desde abajo disfrutaba viendo toda la escena, en un momento se acerca uno de los actores y me hace seña como que si mi acompañante se la come yo me lo tomé con gracia y solo me sonreía.
Una noche se sincera completamente y comienza a narrarme historias de su infancia y adolescencia, confesándome muchos episodios de fiesta, euforia y pasiones que talvez a cualquier otra mujer le podrían haber llegado a molestar, pero en mi produjo el efecto contrario, ya que después de haber escuchado tantas mentiras por parte de mi pareja anterior, esto lo tome realmente como una muestra de sinceridad absoluta y totalmente aceptable.
Lo que no fue muy tolerable por mi parte, fue escuchar de su propia boca que él podría ser capaz de estar con un hombre por el solo hecho de obtener un beneficio económico, escuchar esto fue creo lo más grave que me pudo llegar a decir. Puedo aceptar muchas cosas, pero es imposible que entre a mi cabeza la idea en forma natural que el hombre con el que mantengo relaciones haya tenido experiencias sexuales con otro/s hombre/s.
De ahí en más creo que ya no fui la misma, me contuve de muchas cosas, solo me dispuse a su buena compañía y nada más.
La idea inicial había sido luego viajar juntos a Buenos Aires para encontrarnos con su amigo que se encontraba totalmente arrepentido, por no haber acompañado a su amigo a la ciudad feliz. Esta idea no se concreto por un par de motivos, sexo, drogas y rock and roll fueron algunos.
Al regreso viajamos juntos hasta Retiro, ese fue el punto de despedida, él se quedaba unos días compartiendo con su amigo y yo volvía a la ciudad de Rosario, él como muchos lo hacen, prometió llamar a su regreso pero nunca lo hizo.
No llegue desilusionada, siempre trato de no generar expectativas cuando conozco a alguien para no sorprenderme después, pero realmente pensé que me llamaría a los días.
Al llegar a la ciudad me quedaba pendiente hablar con mi actual empleador, al que aparentemente no le importó mucho que me quedara unos días más vacacionando o no me lo hizo saber.
Fue un sábado, día lluvioso cuando decidí llamarlo para decirle que necesitaba hablar con él, fue casi instantáneamente luego de cortar cuando me tocan el timbre, era él.
Hacia más de quince días que no nos veíamos, la ultima vez fue aquella tarde en que enojado por mi futura y próxima ausencia decidió mandarme a limpiar el baño cuando siempre cuido que este tipo de labores no fuera yo la que los realizara.
Tomamos un taxi y fuimos a hablar a un bar que queda justo en la esquina de su casa, creo que dudo por un instante al decirle la dirección al tachero, ya que talvez su idea inicial era llevarme a su casa, hablamos muy tranquilos, le dije luego de hablar de vario s inconvenientes que había tenido en mi ausencia, que no podía continuar con el trabajo que me unía a él, ya que a causa suya y muchos otros motivos salía completamente nerviosa del trabajo y estaba afectando mi salud, lo acepto sin objetar nada, me pidió disculpas por todo lo que había hecho mal y me pidió que me siguiera ocupando solamente de los papeles y yo acepte ya que de esta forma no es necesario que lo vea todos los días como antes. Una amiga me marco la manera en la que él trata de retenerme a toda costa en el lugar y así es.
Y es así como pasan a veces las cosas, después de una experiencia a la cual no podría etiquetar con un africano, pasando años en la mentira y viviendo momentos lindos para finalizar en la locura mutua, se acerca un rubio, judío, sincero, divertido, inteligente, pero con un materialismo casi incomprensible, con excesos y adicciones, pero lo más grave para mí, con una notoria represión (o no) sexual que hace que sienta cierto rechazo por él.
Es difícil comprender porque nos pasan a las mujeres ciertas cosas, encontrarnos con hombres que no llegan a satisfacernos en casi ningún modo, dificultándonos la tarea de disfrutar de aunque sea una sexualidad libre pero sin libertinajes.
Recuerdo que cuando estaba con el morocho disfrutábamos de una excelente sexualidad hasta que se nos ocurrió mezclarnos en tareas laborales, gran error de cualquier tipo de pareja.
Con mi “amigo” al cual conozco hace mas o menos siete años pasó mas o menos lo mismo, el detonante como siempre resulta cuando las dos partes se conocen más de lo debido, siempre hay que preservar algo para mantener cierto misterio, al hacer saber de varias fantasías que yo tenía, tiró la idea de meter a nuestra cama a otra mujer y desde ese momento no es lo mismo ya que aunque sea de forma verbal siempre existe entre ambos aquella mujer ficticia a la cual deberíamos integrar a la cama y ni hablar de las presiones para que esto se haga realidad.
Aunque haya querido cortar la relación laboral con mi ex aun no lo pude hacer, fue casi imposible negarme a su pedido, la única diferencia es que hoy en día me siento mas tranquila, fue como un alivio alejarme aunque sea un poco de él.